miércoles, abril 17

PCI ORGANIZÓ MESA REDONDA SOBRE TV Y CINE EN EL BAFICI

Una mesa redonda sobre las relaciones entre la televisión y el cine independiente se llevó a cabo como parte de las actividades especiales del 15to. Buenos Aires Festival de Cine Independiente (Bafici) con el sugestivo título “Todo lo que usted siempre quiso saber sobre TV y nunca se atrevió a preguntar al cine independiente”.
La charla, organizada por la asociación Proyecto Cine Independiente, tuvo lugar en la sala El Aleph del Centro Cultural Recoleta, moderada por Fernando Madedo y con la presencia de Alejandro Maci, Ana Katz, Benjamin Avila, Constanza Sanz Palacios, Javier Van de Couter y Rodrigo Moreno.
Debajo, un interesante texto de Fernando Madedo y Gabriel Lichtmann sobre los lineamientos temáticos de la charla.

Todo lo que usted siempre quiso saber sobre TV y nunca se atrevió a preguntar al cine independiente
Actividad especial organizada por la Asociación Proyecto Cine Independiente (PCI)
Por Fernando Madedo y Gabriel Lichtmann

La relación entre cine y televisión fue desde los comienzos tensa e inquietante. La pantalla chica surgió como una amenaza al tiempo que éste vislumbraba, sin embargo, una época de renovación. Los medios audiovisuales signaron así una línea divisoria entre ambos claramente definida entre un medio y el otro, cuyo cruce suponía sistemas diferentes de producción, una variación en las especificidades del lenguaje audiovisual, el valor de la ontología de la imagen cinematográfica que no poseía la televisión y los públicos que comenzaban a distinguirse. A este respecto la aparición de la televisión supuso el sedentarismo en el consumo audiovisual de los mayores, los padres que se quedaban en casa por la noche viendo su programa en la comodidad del living, frente a los jóvenes que salían a la calle en búsqueda de las nuevas películas y la sociabilización a la salida de la sala en algún café. En este sentido también la tv y el cine se alejaron como dos posiciones antagónicas marcadas por las búsquedas estéticas, los temas tratados, las prácticas sociales, los valores culturales en dos generaciones que representaban, entonces así, lo viejo y lo nuevo.
En su famoso artículo de la revista Verve, André Malraux se dedicó a argumentar el valor del cine como medio de expresión artística pero concluyó con una frase que sería citada de forma recurrente: “además, el cinematógrafo es una industria”. Dadas las cualidades del medio televisivo cuyo discurso se apoya en la publicidad (la televisión es un flujo contínuo de publicidad sólo interrumpido por programas) que establece un modo diferente de financiación estrechamente ligado a la venta de productos, el lenguaje audiovisual empleado apela a modos de representación atados a las necesidades de mercado. A este respecto el cine buscó independizarse en dos sentidos, por un lado de los modos expresivos utilizados el cine comercial/industrial y la televisión, y por otro, de las formas de financiación y el discurso publicitario. Aunque sobre la dicotomía planteada se haya discurrido desde los comienzos del cine entendiendo a éste como una Industria Cultural -como así la televisión años más tarde- el cine gozó de cierta diferenciación, incluso marcado por la propia manera de designar el modelo representacional como “independiente”, “de arte”, de “arte y ensayo”, etc.
En nuestros días asistimos en buena medida al cruce de aquella línea divisoria que, de tanto cruzarla, comienza a borrarse. Los avances tecnológicos han producido que el problema de la ontología de la imagen cinematográfica desapareciera y también el problema de la calidad y, por ejemplo, las series de televisión y las películas cinematográficas, se registran con el mismo tipo de cámara, cualidad y calidad de imagen. Esto sumado a algunas experiencias a nivel internacional como las de David Lynch o Todd Haynes, o en el plano local los telefilms 200 Años producidos y emitidos por Canal 7 (y también proyectados en el 9º BAFICI) o la larga lista de series y contenidos de televisión a la que cada vez más directores de cine independiente realizan, así como la cantidad de técnicos de cine que se incorporan a la  producción cinematográfica, es un hecho dado que también los modos de producción comienzan a asimiliarse.
En este contexto y dado la discusión abierta que ha supuesto la sanción de la Ley 26.522, conocida comúnmente como Ley de Medios, nos preguntamos qué tipo de cine (regido por su propia legislación, la Ley 17.741) y qué tipo de televisión debe fomentarse. Es necesario identificar las políticas que son necesarias a ambos medios para poder diferenciar criterios vinculados a los contenidos de la televisión pública, la televisión privada y los distintos modelos en que se desarrolla el cine argentino.
Por tanto, la actividad especial tiene como premisas algunos interrogantes ¿Cuáles son las políticas públicas destinadas al sector? ¿Qué tipos de vínculos se establecen entre la ley de cine y la recientemente sancionada ley de medios? ¿Cuáles son las transformaciones de los distintos lenguajes y cómo se modifican uno a otro? ¿Existe una poética transmedial? ¿Quita la televisión importancia al cine independiente? ¿Y las nuevas prácticas de ver tv? ¿Con qué fondos se produce el cine y con cuáles la televisión? Interrogantes que tal vez el cine independiente pueda iluminar, o al menos mirar desde otra óptica.

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